Durante las últimas décadas, se ha
producido un aumento de las noticias sobre plagas de medusas en los
ecosistemas marinos, generalmente asociadas a alteraciones
antropogénicas y al cambio climático. Un estudio ha cuestionado ahora la
teoría sobre la proliferación general de los organismos gelatinosos.
Según los resultados, las poblaciones han crecido en ciertas regiones,
pero hay otras zonas donde han descendido o han fluctuado de una década a
otra.
El estudio indica que no existen
suficientes pruebas que apoyen de modo concluyente el aumento
generalizado de las poblaciones de medusas. Esa afirmación no está
basada en datos o análisis rigurosos. El problema, según los
científicos, radica en la enorme dificultad que entraña el estudio de
estos organismos. Existen escasos datos sobre sus ciclos de vida,
poblaciones y respuestas a los ciclos oceanográficos naturales.
Los autores proponen abordar la
cuestión desde una perspectiva histórica, para lo cual se dispone de una
base de datos global con información recopilada desde 1750. Este futuro
catálogo estará integrado por unos 500.000 datos. La iniciativa la
protagoniza el Global Jellyfish Group, un consorcio de 30
expertos en organismos gelatinosos, climatología, oceanografía y
socioeconomía, se desarrolla en el marco del Centro Nacional para el
Análisis y Síntesis Ecológicos (NCEAS), un centro asociado a la
Universidad de California en Santa Bárbara (EE UU).
El análisis de los datos permitirá
evaluar aspectos clave como la relación la actividad humana con los
florecimientos de medusas, si surgen por causas naturales o si se les
presta más atención por su impacto en sectores como la pesca o el
turismo.
Más información en Bioscience (a través de Investigación y Ciencia).
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