14 de marzo de 2012

Origen de la fotosíntesis en las plantas

Las células eucariotas fotosintéticas contienen orgánulos, los plastos o cloroplastos, responsables de la fotosíntesis. Los plastos albergan ADN, un vestigio de su pasado como cianobacterias de vida libre. Un estudio ha utilizado la genómica comparativa en Cyanophora paradoxa para proponer una solución a la cuestión de cómo los plastos se extendieron entre los eucariotas y dieron lugar a algas y plantas.

En las últimas décadas, se ha hecho cada vez más evidente que los eucariotas fotosintéticos aparecieron por endosimbiosis, proceso de asociación en que una célula ecuariota acoge en su interior a una célula fotosintética, una cianobacteria. Los orgánulos de origen endosimbiótico aparecen muy transformados, pero conservan un genoma propio y se multiplican autónomamente, lo que revela su origen como organismos distintos.

C. paradoxa todavía conserva una versión menos «domesticada» de esa  cianobacteria primitiva que la mayoría de otras plantas. Según el análisis del genoma del alga, de unos 70 millones de pares de bases, la incorporación de la cianobacteria debió suceder solo una vez, debido a que la mayoría de las plantas actuales comparten los genes que hicieron posible la fusión del fotosintetizador y el huésped de mayor tamaño. Esa unión exigió no solo la cooperación del huésped original y del fotosintetizador de vida libre, sino también de un parásito bacteriano del grupo Chlamydia. Este último proporcionó los genes que hicieron posible el transporte de los compuestos orgánicos sintetizados por la cianobacteria, hoy conocido como plasto o cloroplasto, hasta la célula huésped. Las tres entidades forjaron ese orgánulo incipiente, proceso al que contribuyeron múltiples transferencias horizontales de genes, así como de otras bacterias.

Fuente: Science (a través de la web de Investigación y Ciencia)

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